El GDN recibió al experto en licencia social en energía shale Thomas Murphy


El 25 de junio el GDN recibió en los estudios de Charly Emma la visita de Thomas Murphy, Director del Marcellus Center para Extensión e Investigación (MCOR) de la Universidad Estatal de Pensilvania. Marcellus es el nombre de la formación geológica sobre la que se realiza fractura hidráulica en ese estado de Estados Unidos, el equivalente a Vaca Muerta, y Murphy se dedica a investigar lo que sucede con la explotación de enrgía shale sobre la tierra, a la licencia social de la actividad. Contó que él mismo vive en una granja con su familia que se encuentra sobre Marcellus y usan agua de pozo, por lo que tiene un interés personal en el tema.
Según explicó, el MCOR se financia con fondos públicos y hace un seguimiento principalmente de lo que sucede en Pensilvania, pero también en 50 países donde se realiza este tipo de desarrollo, en temas ambientales, sociales, de desarrollo local, de políticas públicas y de asuntos legales.
Aseguró que en Pensilvania hay 9.000 pozos shale desde que empezó en 2004, aunque el boom fue a partir de 2008. Marcellus se encuentra a 2.000km de profundidad y representa 2/3 del territorio del estado que, como Neuquén, tiene una tradición en el rubro de hidrocarburos, ya que anteriormente había 100.000 pozos convencionales, aunque muy pocos continuan funcionando porque rinden mucho menos que los no convencionles. Manifestó que de los 9.000 pozos, 20 tuvieron problemas de filtración de metano (que afirmó que no es tóxico aunque sí inflamable) por problema de integridad del pozo, lo que impactó en 240 pozos de agua, aunque no se encontraron químicos en el agua. La mayoría de estos casos según dijo fueron hasta 2010, cuando se usaban los mismos estándares y regulaciones que con el convencional.
Respecto a los problemas con el agua aseguró que puede haber problemas en tres momentos: en la perforación horizontal, donde no encontraron evidencias de impactos; en la integrabilidad del pozo ya mencionada; y problemas de la superficie vinculados a derrames, tráfico, etc, que es donde se registran la mayor cantidad de problemas, aunque se habría controlado con las nuevas regulaciones.
Algunos de los cambios que permitieron reducir los problemas fueron: pedir permiso siempre para usar agua, no vertir agua residual como tratamiento cloacal, determinar disntacia entre pozos y casas. Hoy se puede hacer un seguimiento en tiempo real del estado de cada pozo.


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