El GDN se reunió con la Comisión de Hidrocarburos, Energía y Comunicaciones de la Legislatura


El pasado miércoles la Comisión de Hidrocarburos, Energía y Comunicaciones de la Legislatura recibió al Grupo de Diálogo Neuquino, que presentó su iniciativa ante los legisladores presentes e intercambió con ellos percepciones sobre la situación de la provincia y la región a partir de los impactos positivos y negativos que trae un desarrollo de esta magnitud.
Por el lado del cuerpo legislativo estuvieron presentes los diputados Luis Sapag (MPN), Sergio Gallia (PANUNE), Beatriz Kreitman (ARI), Elena Jara Sandoval (PJ), Edgardo Della Gáspera (MPN), José Rioseco (FyPN), Alejandro Vidal (UCR), Raúl Podestá (FREGRANE), Eduardo Enríquez (MPN), Darío Lucca (FyM) y Raúl Béttiga (MPN).

Diagnóstico compartido

Todos los presentes coincidieron en que Vaca Muerta tiene y va a tener impactos sociales, ambientales, culturales, que se traducen, entre otras cosas, en una conflictividad creciente donde todos perdemos (gobierno, industria, comunidades, sociedad en general). Recordaron que la provincia ha atravesado procesos similares a lo largo de su historia (como Cutral Co o Rincón de los Sauces), en particular en relación a la industria de hidrocarburos, de los que debe aprender para evitar repetir errores.
El interrogante que motiva al grupo, con el que a su vez quiere interpelar a la sociedad, es ¿cómo no pelearse y en cambio mejorar la calidad de vida de todos? Si bien se reconoció al conflicto como intrínseco a toda sociedad, se planteó que no necesariamente se trata de algo negativo en tanto puede dinamizar transformaciones que lleven a un mejor vivir. Para ello se  manifestó como necesario un diálogo constructivo en el que participen todos los sectores.
Sin embargo, el diagnóstico compartido indicó que el mecanismo utilizado en la actualidad por todos los actores es la vía de hecho, la contraposición de fuerzas. Esto lleva a un clima de desgaste y violencia social, a la par que muchos recursos son mal utilizados e incluso desperdiciados, dando como resultado una cuenta con altos costos y pocos beneficios.

Innovación en el abordaje de la conflictividad
El planteo que surge de la reunión es que la innovación tecnológica, que en este caso posibilita la extracción de hidrocarburos de la roca madre, tiene que ser acompañada por innovaciones en los mecanismos para abordar los impactos socioambientales. Sin demorarse, porque la actividad ya empezó.
Para ello, según lo hablado, es necesario generar un entendimiento de qué es lo que queremos del futuro. Planificar a largo plazo, pensar post petróleo, trabajar en una reconversión productiva que permita una región sustentable y pacífica para las futuras generaciones. Como condiciones para que esto sea posible se habló de construir identidad y sentido de pertenencia, garantizar la transparencia, compensar asimetrías entre los actores en conflicto, mejorar el acceso a la justicia y establecer protocolos que canalicen la conflictividad por vías institucionales.

Mecanismos de transformación
En este punto surgieron diferentes perspectivas respecto a la Responsabilidad Social Empresaria como herramienta, que consideraron un tema de relevancia teniendo en cuenta que la nueva ley de hidrocarburos establece que un 2,5% de lo invertido debe destinarse a acciones de ese tipo. Mientras algunos se opusieron a esa metodología por ser el Estado (y no las empresas) quien debe distribuir los recursos, de otro lado la defendieron con la condición de que sea un acto voluntario de la empresa, mientras que otros  propusieron como concepto superador el “Valor Compartido” que implica crear valor económico de una manera que también cree valor para la sociedad. En referencia a este último punto se mencionó un proyecto de ley de Responsabilidad Social Ambiental y Comunitaria de las empresas y organizaciones, que entre otras cosas propone obligar a las empresas a certificar la generación de valor compartido y que la extracción de hidrocarburos se informe mediante balance contable en reemplazo del discutido método de declaración jurada actual. Este último punto tuvo un consenso general.
Sin embargo, desde el Grupo de Diálogo Neuquino  afirmaron que la ley o los posibles mecanismos son insuficientes si no son acompañados por un proceso de generación de confianza. En ese sentido, el grupo se presentó como “una fábrica de confianza multisectorial”, y sostuvo que uno de sus objetivos es ofrecer espacios seguros, donde todos los interlocutores se sientan invitados al diálogo.
De todas formas, se reconoció que aún falta sumar actores a la mesa, como los  crianceros criollos y fundamentalmente las grandes empresas operadoras, que se muestran reticentes a participar de estos espacios donde no tienen el control de la situación. El grupo se comprometió a trabajar para generar las condiciones para que abandonen su percepción de riesgo y acepten la invitación al diálogo.

Apoyo a la iniciativa
La iniciativa del Grupo de Diálogo Neuquino fue saludada por todos los legisladores, que plantearon que la democracia representativa no alcanza, que también tiene que ser participativa. Destacaron la importancia de la diversidad y amplitud de miradas que lo compone, y propusieron un trabajo en conjunto con la legislatura, con más reuniones.
Concretamente en el corto plazo, el GDN propuso organizar un Seminario de Diálogo Multiactor en la Legislatura, focalizado en las políticas públicas necesarias para la construcción de consenso, prevención y transformación de conflictos sociales en relación al desarrollo de Vaca Muerta. En ese marco un tema a tratar propuesto es la mencionada ley de ReSAC. Para la organización se propuso generar una comisión mixta con los legisladores interesados.
La esperanza es poder avanzar en caminos de consenso para que el desarrollo de Vaca Muerta redunde verdaderamente en el bienestar de las presentes y futuras generaciones.






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